Muchas veces, la ansiedad por el rendimiento nos destruye, e incluso antes de enfrentarnos a la relación ya nos sentimos al borde del fracaso, aunque en realidad no hay ningún factor que nos haga prever racionalmente situaciones desfavorables.

Esto sucede debido a la baja autoestima sexual que tenemos, un problema muy común que debe ser resuelto absolutamente si queremos empezar a experimentar las relaciones de una manera verdaderamente satisfactoria.

Si queremos dar una experiencia inolvidable a nuestra pareja, necesariamente debemos creer en nuestras capacidades y hacer crecer nuestra figura erótica, a través de una nueva forma de vernos a nosotros mismos.

Debemos pensar que somos lo que queremos ser, ¡y convertirnos en eso! Una pareja en la cama

Este concepto, parece muy difícil, pero en realidad no lo es.

Si empezamos a creer que somos diferentes, significa que ya estamos cambiando, si empezamos a sentirnos mejor, significa que ya estamos dando un paso hacia la mejora.

La confianza en uno mismo es crucial, para demostrar a una mujer que sabemos tomar la iniciativa y que nada nos intimida.

Además, debemos recordar siempre que con quien acabamos acostándonos significa que siente una fuerte atracción hacia nosotros. Por lo tanto, no hay que temer nada, sino que, por el contrario, hay que jugar con eso, aumentando así el deseo de nuestra pareja.

Es inútil volverse paranoico con el aspecto físico justo antes de la relación sexual; a estas alturas, hay que estar lo mejor posible, y ocultar los defectos, centrándonos en nuestros méritos, incluso cuando estamos desnudos.

Si el problema que alimenta nuestra baja autoestima sexual es, en cambio, el miedo al fracaso durante el coito es importante recordar que sólo hay una regla y es siempre la misma: desconectar el cerebro y activar los sentidos.

No hay nada más práctico que este concepto, que puede mejorar cualquier rendimiento, si se pone en práctica.

En conclusión, es importante pensar siempre en positivo, sacudiendo cualquier negatividad que nos acompañe, recordándonos que somos mejores de lo que siempre hemos creído.